Establecemos, en principio un programa "atomizado" conectado por la senda que parte de Montjuic hacia la ciudad. Los distintos usos se sitúan en ella atendiendo a un gradiente de mayor o menor carácter público o privado, así como a su relación con el camino, el mar, la ciudad y la montaña.
Según este análisis, los programas más públicos se vinculan más directamente con la ciudad y el camino (en la maqueta representados en azul y amarillo), se trata de programas con posibilidad de estar "vacíos", es decir, sujetos a la imaginación, a la improvisación, al cambio, al información, a ser móviles... sujetos, en definitiva, a un "equilibrio inestable". Los programas privados (en naranja) son estables, estáticos, acotados, llenos de objetos, memorias, mensajes... sujetos al intercambio y a la relación a una escala más cercana.
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